domingo, 16 de noviembre de 2008

Tarde de vuelo en la Muela

Domingo 9 de noviembre de 2008, habíamos quedado mucha gente en la Muela; Pibe, Carlos, Josele, Nuria y además mi familia.

Llegamos a las 14;30, la imagen esperanzadora; 7 u 8 parapentes girando a 200 metros sobre la Muela. Si esto lo hubiera visto hace 10 años, hubiera subido a toda leche con el coche, me hubiera equipado en “cerocoma” y hubiera dejado a la familia que se las apañara como pudiera. Pero los tiempos han cambiado, ya no soy el “ansias” de antes, ahora ya hay otro que cumple esa labor.

Lo que hice fue llegar tranquilamente, montarle la bici a Rubén, sacar los bocadillos, esperar a Josele y a Nuria, saludar, hacernos fotos, comer… y finalmente equiparme y ofrecer a Nuria volar con el biplaza para pillar algo de térmica y transmitirle algo de técnica.

Para cuando nos equipamos ya habían aterrizado todos, el ciclo había acabado y los cirros velaban el sol. Bien es cierto que en lo que Nuria se puso las botas y el casco, a mí me dio tiempo a vestirme, sacar el equipo, revisarlo preinflarlo, ponerme la silla… ¡hay que ser más rápidos!

Despegamos bien y enseguida trincamos un poquito de ascendencia, aunque suave y estrecha, remostamos 40 metros sobre la Muela. Había mucha deriva y salí de nuevo a buscar por la sur, pero nos hundimos a los 5 minutos.

Luego se preparó Nuria para volar sola, y la dirigí por la radio haciendo ladera; primero rascando un poco y cuando mejoraron las condiciones la hice entrar en la Muela “decote” se asusto un poquito, se llevo un parapente por delante que estaba haciendo campa y finalmente toco tierra de una manera poco ortodoxa, acabo revolcándose al más puro estilo de película de indios y vaqueros. Pasado el susto se pegó otro vuelo “pabajo” para relajarse.

Luego volé yo solo otro poquito, Pibe tras haberse hinchado a volar en térmica se también se hizo su laderita.

Luego a pesar de Marisa, cogí a mi hijo Rubén y nos fuimos a hacer un vuelete de ladera con el biplaza. Esto fue lo mejor de la tarde, las condiciones eran tranquilas y se nos dio perfecto.

Josele cerró la tarde con un tranquilo vuelo de descenso, bastante tenía con despegar correctamente… pero esta vez lo hizo todo bien.

Recogimos antes de tiempo, pues la familia tenía frío, aunque todavía quedaba tarde para disfrutar. El Pibe no quiso darse un último vuelo con mi vela cuando ya había recogido la suya… que pena,

Muy buena tarde, lastima la cantidad de gente que nos juntamos en La Muela.



Relato de Carlos el domingo 9/11/2008.

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