viernes, 6 de junio de 2014

La Muela. Un lugar del que a veces renegamos, pero al que siempre volvemos. Y la causa de ello pueden ser tardes como ésta:
https://www.youtube.com/watch?v=IEd3UaLnFOw&list=UUAJXIAOiUs_cW6723dfK8Ew

jueves, 10 de abril de 2014

Ejercicios de memoria


Aunque hace unos meses durante la visita navideña al hogar hice un biplaza con Carlos, alias Iceman; hace mas de dos años que no vuelo sola. Y lo echo mucho de menos. Donde vivo ahora es logísticamente imposible que pueda volar en libre dado el poco tiempo libre del que dispongo. Así que mis ganas de volar se alimentan de videos por internet, algunos de los cuales son de gente del club; de leer las crónicas que contáis, pero sobretodo de la memoria.  Y es gracias a ella por la que esta semana me ha pasado algo muy curioso.

Últimamente estoy yendo a unas clases al gimnasio de la Universidad donde trabajo, a ver si de una vez por todas me pongo en forma. Recientemente he descubierto una clase que se llama cardio-kick, que es un infierno y que al día siguiente hace que no te puedas levantar de la cama y hasta reír sea doloroso de tantas agujetas como puedes llegar a tener. El caso es que durante la clase no se para y el ritmo es agotador. Al final de la misma, la monitora nos hace tumbarnos en el suelo, yo mas bien me dejo caer; para hacer diez minutos de relajación en los que hasta apaga casi todas las luces de la sala. El objetivo es que hagamos una especie de meditación y desconexión de los problemas del día a día y pone una música que acompaña bastante. La monitora se pone a hablar, soltando un discurso sobre dejar los problemas atrás y demás, pero entre el volumen de la música y que es en inglés yo desconecto. Aún así, alguna vez pillo alguna palabra y el otro día me quedé con “déjate fluir”. Y empecé a darle vueltas al concepto. La conexión con el vuelo libre fue casi instantánea. Empecé a recordar los vuelos, pero mas que los vuelos, las sensaciones. El viento en la cara, el sonido de los cordinos, la sensación cuando despegas los pies del suelo,… y por un momento estuve de nuevo allí, en La Muela; haciendo ladera, sintiendo el vacío bajo mis pies, o el alabeo de la vela al girar,….  Y me emocioné muchísimo. Hoy, me ha vuelto a pasar aunque he ido un poco mas lejos, porque me he dado cuenta de que aunque ahora no puedo, a pesar de mis miedos  y a pesar de lo oxidada que estoy, algún día volveré a volar y esa vez será para no dejarlo nunca mas. Que cierto es lo que dijo Leonardo da Vinci: "Una vez hayas probado el vuelo siempre caminarás por la Tierra con la vista mirando al Cielo, porque ya has estado allí y allí siempre desearás volver."

lunes, 6 de enero de 2014

Estrenando la Nucleon

Al fin llegó la Nucleon. No hay fotos del día que la trajeron, porque los dos primeros vuelos fueron de prueba como quien dice y apenas me equipé más allá de lo necesario. Tampoco considero que la estrenara aquel día, porque fueron un par de vuelos cortos, diseñados y ejecutados para comenzar a ver las reacciones en despegue y aterrizaje.

El estreno de verdad lo hice una semana después en la Muela, con susto incluido.
Me la llevé allí con la intención de hacer unos inflados sin motor, para ver que tal, y aprovechando, darme un vuelete de palomar.

Hacía poco viento aquel día en la Muela. Los inflados que hice me dieron a entender que a esta vela le gusta la velocidad, y que necesita una progresión constante desde que das el primer tirón hasta que sales a volar.  En cuanto a los inflados, tanto con algo de viento como con poco, levanta fácil  y compacta.

Pues bién. Jose y yo nos comenzamos a preparar para darnos una vuelta con el motor. Pero el suyo sonaba raro al arrancar, y de hecho se paró al poco. Tenía pinta de ser de carburación, pero después de aquello (y de cambiar un poco los reglajes) no fuimos capaces de hacer que funcionara más allá del arranque.

Así que me preparé para irme yo solo. El primer despegue fué un desastre. levantó bien, pero me paré a ver el estabilo. Lo suficiente para que la vela me adelantara un poco, se quedara fofa y se me cayera encima. Terminó enganchándose un cordino en la pala.

La mala suerte: el cordino se partió.
La buena suerte: era el cordino de compensación del torque... del lado que no es necesario.

Decidimos (entre Carlos y yo) que se podía volar sin ese cordino, y ni cortos ni perezosos lo quitamos del medio y me dispuse a volver a intentarlo.

Esta vez aprendí la lección. levantar la vela, en cuanto está arriba soltar, frenarla, gas a tope y correr. Y esta vez sin problemas.
En realidad, ya lo pone en las instrucciones, que con esta vela los vuelos son más parecidos a un ala (aerodinámicamente) que a un parapente clásico.  Así que los frenos durante el despegue, con los trimmer calzados, hay que considerarlos como si fueran los flaps: te proporcionan sustentación a baja velocidad. Una vez en vuelo, y a partir de la zona neutra del trim, es mejor dejarlos sujetos a las bandas, y olvidarse de ellos (tiene otro mecanismo para girar)

Me dispuse a darme un paseito por la zona, igual que he hecho muchas veces con mi Epsilon. Pero esta vela es otra cosa. LLegué a Trijueque en un pispas, y tiré dirección Jadraque, pero dándome una vuelta por los valles paralelos a la NII. Como llegué más pronto de lo que me esperaba me fuí dirección  Hiendelaencina. En realidad no llegué porque había unas nubes un tanto feas por la zona y se comenzó a mover (podía haber continuado, pero no me apetecía el rocanrol), así que me volví por Cogolludo. Además ya casi llevaba una hora en el aire, y el frío comenzaba a hacer mella. Eso si, con la epsilon hubiera tardado casi el doble.

Llegué a tiempo para rescatar al resto de Paracinco que se estaban quedando congelados de esperar en la muela. Para finalizar brindamos con champán para celebrar la vela, el cordino roto, el año que se acaba, y que caray, porque nos lo trajo Carlos. Gracias Carlos.

La tarde no es que fuera una gran cosa, no obstante he podido rescatar algunas fotos.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Ruta de los tres valles

Así se titulaba un correo que recibí a principios de septiembre. Y la idea era muy atractiva: Despegar de Venturada, cruzar los valles de los ríos Jarama, Henares y Tajuña hasta la casa de fin de semana de Victor (aka Victornillo), comer de barbacoa, siesta y luego vuelta a Venturada por la tarde. Esto es, entre 70 y 80 Km cada trayecto.

Me lo estuve pensando bastante. Por una parte me atraía la idea de cruzar el Tajuña, que las 2 veces que lo había intentado anteriormente me había tenido que volver con el rabo entre las piernas y apuntalando la vela a soplidos...
Por otra parte, sin embargo, dado lo temprano de la fecha y la longitud del recorrido terminaríamos volando con térmica, lo que teniendo en cuenta mi historial, me provocaba cierta inquietud. Además tengo en mi contra que mi parapente va muy despacio en comparación con lo que vuelan ahora las velas de paramotor (como luego se confirmó).
No me gustaba mucho la idea de lastrar al grupo con la velocidad de mi vela. No tanto a la ida, porque cuando la cosa está tranquila como se preveía a primera, hora suelto trimer y con un poco de cuidado de ir recortando las esquinas más o menos se puede igualar con la velocidad del resto. Yo le temía al Tajuña cuando estuviéramos llegando y a la vuelta, que nos comeríamos la parte más movida con los restos de las últimas térmicas.

Lo que definitivamente me terminó de animar, fué pensar que volaría en (muy buena y nutrida) compañía. Bueno, también confieso que llevaba mucho tiempo sin volar, y el gusanillo, ya se sabe... Para contrarrestar el tema de la velocidad, decidí salir de cerca de casa, para unirme a la fiesta a mitad de camino, y a la vuelta, pues igual.
Lo consulté con Víctor y decidimos cual sería el punto de encuentro más adecuado. Así el sábado amanecí a las 7:30, habiendo dormido mal y hecho un manojo de nervios. Para calmarme, nada mejor que un desayuno equilibrado: un bocata de chorizo con una taza de té (es que una cerveza a esa hora me pareció un poco fuerte) y un poco de chocolate (a modo de postre). Cargué todo en la furgoneta, y salí al despegue, que en esta época es abundante. Sara me acompañaba para luego llevarse de vuelta la furgo.

El despegue estaba perfecto. Es un campo por donde suele pasar ganado que lo deja bastante limpio de matojos, a cambio, claro está, de sembrarlo de lacasitos de chocolate.... Una suave brisita de norte para ayudar al despegue. A las 8:45 estaba en el aire cargado de combustible hasta los topes. Un poco tarde para mi gusto, pero era lo que tenía calculado para llegar con tiempo suficiente al punto de encuentro. 

Nada más despegar ya comencé a oir a todo el grupo por la radio. Pese a mi insistencia ellos no me oyeron hasta poco antes de llegar al punto de encuentro. Según les entendí en sus primeros mensajes estaban pasando Torrelaguna, así que estimé que habían despegado a la hora prevista, lo que me daba poco margen para entretenerme antes de unirme con ellos.

Llegué unos minutos antes que ellos, y pronto les ví apereciendo en el horizonte. Me acerqué un poco para saludar y media vuelta, para seguir la ruta. A esa hora de la mañana estaba todo bastante en calma y era un placer viajar acompañado. Poco a poco me fueron adelantando, hasta que al cruzar el Henares ya iba el último junto con Javier que se quedó acompañándome hasta el final (gracias Javier).

Como ya me esperaba, poco después de cruzar el río Henares comenzaron los meneos. No fueron contínuos, había trozos que había que pilotar, otros que te dejaba soltar trimmer, pero había que estar muy atento al vuelo. Yo realmente le temía más al trozo del río Tajuña, pero esta vez se portó, y aunque ya con las primeras térmicas, dejó que pasáramos sin sufrir más de lo necesario. Incluso pude sacar alguna foto por el camino.

No voy a insistir en que llegué el último al aterrizaje, y eso que la peña me iba más o menos esperando por el camino. Lo bueno de eso es que cuando llegas, ya te han contado de dónde viene el viento, que hay gradiente, y cosas por el estilo, que siempre viene bien saber para aterrizar. Además, impresiona llegar y encontrárselo lleno de gente recogiendo cacharros repartidos por todo el campo. En fin, allí las presentaciones oportunas, un rato de cháchara mientras llegaba la asistencia en tierra, y recogimos los motores en un bosquecillo "para que no les diera mucho el sol", porque tampoco se puede decir que los escondiéramos.

Luego fuimos a tomarnos unas cervezas en un bar del pueblo, para ir abriendo boca, y a continuación nos fuimos a casa de Víctor, donde ya nos estaban esperando su mujer y sus hijas. Poco a poco fueron apareciendo también familiares de los pilotos, además de alguno que otro que no pudo volar, pero que se apuntó a la fiesta. La comida fue opípara (Gracias de nuevo, Víctor), y la cháchara entretenida con tiempo suficiente para echarse la siesta a la sombra.

Para las cinco de la tarde, ya estábamos todos de pié y pensando en la vuelta. Habían estado creciendo cúmulos durante todo el medio día, (seguramente provocados por la barbacoa...) pero se habían ido disolviendo al mismo ritmo. Para cuando llegamos al campo, todavía quedaban algunos de ellos rotos y comenzaba a haber algunos cirros y nubes altas. El viento estaba todavía fuerte, pero se veía que iba bajando paulatinamente. El campo era bueno para corretear con los carritos, pero para despegar tenía sus pegas, estaba metido en un hoyuelo, y un poco sotaventado por árboles. Tanto es así que Paco se fué a buscar mejor orientado y con viento limpio, pero creo que fué el único (bueno, no estoy seguro si Rodrigo se fué con él). Al resto nos pudo la vagancia.

Despegué el primero, con la intención de tantear el terreno y en caso de verlo claro ir adelantándome. Porque claras, pero bien claras, tenía dos cosas:
a) El viento era de costado. y
b) iba a estar turbulento.

Al principio, justo después de despegar, pensé que me había equivocado, porque una vez pasado el sotavento de los árboles, tuve unos momentos de paz en los que llegué incluso a sacar la cámara de la bolsa, y a decirle al personal que arriba se estaba bien. Pero duró poco. Alguna térmica por delante debía haber estado tapando toda la turbulencia, porque en cuanto se acabó comenzaron los meneos, vaivenes, y el viento de Oeste. Al principio estuve tentado de aterrizar y esperar un poco más, pero hice un par de giros más amplios y vi que bueno, pilotando se dejaba volar, y aunque lento, pero iba a la suficiente velocidad para llegar a mi casa sin agotar completamente el combustible.

Así que puse cara de velocidad, avisé por radio y cogí rumbo a casa. Guardé como pude la cámara, mientras sujetaba los mandos con una mano y miraba a la vela con un poco de preocupación (no se me fuera a caer encima, y yo entretenido). El resto del camino me dediqué con cuerpo y alma a mantener el rumbo y a practicar el pilotaje activo.

Lo siento por el reportaje fotográfico que hubiera podido hacer, sacando la trasera de todos, porque no tardaron mucho en dejarme atrás. Otra vez será.

El paso del Tajuña y la travesía hasta el Henares fué lo que yo recordaba de otras veces: una batidora que no te deja ni unos segundos de calma. Pero me armé de paciencia, vista al frente y a aguantar el chaparrón.
Cuando yo acababa de cruzar ese primer valle, los que iban en la cabecera ya casi estaban llegando al borde del valle del Henares, y Paco debía estar despegando. Él y Rodrigo eran los últimos. Terminaron adelantándome poco antes de cruzar el Río Henares, cuando ya hacía un buen rato que me había despedido de la cabeza de la expedición y casi ni los oía por la radio.

Tras cruzar el Henares, la cosa se calmó un poco, y tardé poco en llegar a mi aterrizaje, con los brazos doloridos de tanto "pilotaje activo", y un pedazo de sonrisa de oreja a oreja (para compensar). Del resto del grupo supe después que llegó sin contratiempos hasta Venturada, así que fué un día completo, y sin incidencias. Gracias a todos.

Aquí os dejo con un extracto de las mejores fotos


sábado, 17 de agosto de 2013

CCC (Crónica de Carlos en Cebreros)

Cebreros 14 de agosto de 2013
Hoy toca Cebreros, aunque conversando con mi amigo José Julián, casi cambiamos los planes y aparecer en Arcones. Pero la logística y las nubes gordas en la sierra, nos hacen inclinarnos por Cebreros.

Nadie del Club está disponible, quedo con mi amigo Luis Ratia, para que me acompañe y aproveche a sacar unas fotillos, aparte de buen fotógrafo, es cameraman, editor, montador, director… un hombre del renacimiento en esto del cine. Llegamos al aterrizaje a las 17:30h.

Allí nos juntamos unos 10 pilotos, que para ser tan tarde y agosto, éramos muchos. No quise subir andando hasta el despegue con el parapente a los hombros, más que nada porque me acompañaba Luis y me daba no sequé hacerle caminar. Pero que conste que yo no tengo nada que envidiar a esos dos que el otro día subieron una pequeña cuesta en Arcones a las 15:00, total para luego despegar a las 18:00 h o más tarde…

Todos en el despegue sobre las 18:00h, pero nadie quería ser el primero… poco viento, cruzado de oeste y con nubes creciendo por el norte. Luis sacó su equipo fotográfico y se dedicó a fotografiar a diestro y siniestro. Yo en la única sombra, esperé a los valientes…

Primero salieron 2 y “pabajopabajopabajo” les debía de sonar así el vario. Mientras se aguantaban a media altura hacia el este, salieron otros 3, y con suerte dispar empezaron a pillar algo, el que más subió estaría sobre los 200 sobre el despegue.

Condiciones muy flojas y guarras, hubo un sustillo (ver foto) con una Swing Astral 7, plegadita + plegadón al lado contrario + abatida brutal + recuperación espontanea. Aunque yo estaba sufriendo por esperar tanto, no quería salir y cagarla, pensando en dejar a Luis solo y que tuviera que hacer el favor de bajar el coche.

Pero el valle estaba entrando en sombra y aunque era pronto, el día de vuelo se acababa. Así que me decidí; ¿¡a qué coño hemos venido hasta aquí! ¡a volar o a lamentarnos! ¡somos leones o huevones?! Mi subconsciente me decía por lo bajini; ¡huevón!

Para dar algo de aliciente al vuelo, colgué la cámara del borde de fuga, tarde 10 minutos más en equiparme, pero me iba a dar lo mismo, las condiciones cada vez eran más pobres.

Salí con viento cruzado y me lancé a la cara oeste, 5 minutos rascando y me dirigí hacia el este, todos los que aún aguantaban en vuelo, estaban arrastrándose en las sombras del valle. Encontré algo a medio camino y otros 5 minutos girando un suspiro. Luego vi a José Julián debajo de mi un poco alejado, pero que parecía encontrar algo, me puse con él a girar y ¡que diferencia de vela! Parecía un ala delta, yendo y viniendo, buscando sin perder altura, mientras yo intentaba girar lo que tenía sin atreverme a explorar otros núcleos. Y que conste que su vela es una “estándar” ¡pero como ha cambiado el cuento!

Estuvimos girando otros 10 minutos a escasos 100 metros del aterrizaje, y ya sí que se acabó y tocaba terminar la jornada, pero solo eran las 19:15 de la tarde!!!!! Nada, que otro día más sin poderos contar una crónica épica como la de Pedro y Jose.

Pero en compensación, hay mucho material gráfico.

Otro día más y mejor, y si puede ser con TODOS los del Club.

jueves, 15 de agosto de 2013

Arcones veraniego


La versión de Pedro:
Vista la hermosa previsión meteo para el viernes nos decidimos Jose G. y yo acercarnos tempranito a Arcones para ver de darnos
un buen vuelo...

Salimos algo más tarde de las 12 de Pozuelo, y ya os imagináis el viaje: que si yo soy muy de Kant, pues yo tiro mas hacia Sartre..., que si los últimos cotilleos del bosón de Higgs..., que si la frontera entre el Cretácico y el Terciario..., en fin, que convenimos en despegar pronto e intentar un pequeño triángulo con vértice en Pedraza y derecha o izquierda del despegue dependiendo de la componente del viento... A las 13.45 estábamos en Arcones. Compra de pan para el bocadillo, pequeño informe meteo a cargo de unos pilotos que estaban comiendo y para el aterrizaje.

Claro, enfrascados en la Ciencia y Filosofía no habíamos caído en que necesitábamos remonte..., y por allí no había nada que se le pareciese.
Como aparte de refinados somos unos tipos aguerridos y amantes de la naturaleza, pensamos que lo mejor sería subir andando. Por supuesto que también somos unos clásicos y pasamos de esa moda absurda de los equipos ligeros..., así que lastrados con agua abundante y bocatas empezamos la caminata.

Se sigue la pista de subida y una vez pasada la cantera, en cuanto comienza el bosque, sale a la derecha un sendero perfectamente señalizado que lleva al despegue...¡Vaya! ¡¡Que maravilla!! ¡¡Una M...!! La primera parte de pista a las 14 bajo un sol de plomo..., y el sendero que no da tregua pues sube
prácticamente a cañón... Con calma obligada, parada para comer algo incluida, en algo más de dos horas y unos cuantos juramentos nos plantamos en el despegue... Agotamiento. Yo estaba literalmente derrotado. Daba igual las condiciones..., beber y descansar... Controlar los calambres en las piernas y descansar... Total, que estuvimos más o menos una hora echados recuperando...

Otro bocata y algo más de agua y comenzamos a pensar en el vuelo... A todas estas, había comenzado a llegar gente pero no había despegado nadie. De tres velas que estaban en el aire cuando llegamos arriba, dos seguían volando, cobrando lo suyo y en condiciones tempraneras: tan pronto altos como hundidos rascando los pinos. Los planes originales se habían diluido en sudor y yo no estaba muy por la labor de pinchar por ahí lejos y tener que caminar, mi cupo de pateo con parapente está cubierto por una temporada, así que el vuelo sería a tiro del aterrizaje oficial...

Análisis de la situación: cielo azul, amplia visibilidad, rachas fuertes con ciclos bajos suficientemente largos para despegar con seguridad, los buitres (de pluma) marcaban unas buenas térmicas y los otros buitres (con trapo) ahí seguían aproximadamente igual.

Despegaron un par de alas delta y llegó nuestro momento... ¡A preparar! Jose se lió (en ambos sentidos, figurado y estricto) con una vela demo Gerónimo de Independence que llevaba para probar y yo a lo mío...Eran sobre las 17.40. Me gusta y me tranquiliza estar un buen rato observando antes de decidir despegar, y esta vez había tenido tiempo de sobra con lo que estaba perfectamente relajado y resuelto. Me preparé rápido y aprovechando que me coincidió con un ciclo bajo, no me lo pensé demasiado y salí a volar (18.00 aprox.)

Despegue sencillo, con el viento justo, un par de pasos y al aire... Esperaba encontrar la térmica de enfrente del despegue, pero no estaba..., a cambio estaba un bonito -3 que me puso más cerca de los pinos de lo que deseaba. Menos mal que traigo de Galicia un buen entrenamiento en vuelo rasante sobre bosque..., así que me fui a la loma de la derecha, donde acababa de remontar un piloto, y después de un par de ochos y otros 3 o 4 giros estaba ya por encima del despegue. Me dejé meter un poco atrás derivando y volví adelante sin problema a enganchar la térmica que no estaba antes... Me acerqué a Las Berrocosas, vuelta..., así un ratito esperando a Jose... Otra vuelta, un poco más lejos... -4, -4, -4..., ¡será posible que la vaya a cagar antes de tiempo! Volví arrastrado a la vaguada de la derecha y con mucho cuidadito me fui metiendo hasta conseguir remontar de nuevo.

Me olvidé un poco de Jose y me dediqué a lo mio: primero evitar al velero que dio un par de pasadas por la cresta (¡ !) a nuestra altura y menos que otros (tuvo que hacer una S para evitar a un parapente, que imagino estaría jurando en arameo...) ; y luego a hacer mi vuelo, unas fotos (al fin encontré el sistema), y sobre todo atender a la vela... Porque aun no lo había mencionado, pero hacía muuucho que no cobraba tanto. La entrada en térmica era realmente dura, incluso girando en ascendencia había que estar continuamente pilotando... En un par de ocasiones vi el vario en +6 de forma sostenida, y rogando no salirme... En la zona de Las Berrocosas se subía bien, yo creo que en termodinámica, pero muy muy guarreada por el sotavento de los pepinazos que había por delante, que era donde se trincaba de verdad. La media de ascenso estaría en un +3, y las más potentes las pillé en la zona final de Las Berrocosas, la más alta, hacia el W.

Un par de veces llegué a la cima de La Cruz, justo al inicio de un amplio entrante de la ladera antes de Navafría, con unos 2400 m. y me di la vuelta porque imaginé que sería un pedazo vénturi del estilo del Comehombres o peor, aunque luego me enteré de que podía haber seguido sin problema ya que funciona genial... ¡Para la próxima!

A todas estas había pasado una hora y Jose seguía en tierra, al acercarme lo vi con la vela en coliflor (o hecha un gurruño, no se) y sentado, me pareció con cara de resignación... Me saludó así como debió saludar nuestro amigo Marco a su mamá cuando se fue a un lejano pais y yo seguí, preguntándome qué diablos pasaba para que no despegase... (Mi bondad infinita y mi respeto hacia nuestro bienamado Presidente queDiosguardemuchosaños me impiden hacer leña del árbol caído, como sería lo normal en estos casos, así que emplazo a Su Señoría a que redacte su crónica y nos aclare lo sucedido) Como la zona de la izquierda estaba explorada y se trincaba bien, varias veces por encima de 2400 m., pensé que tal vez era factible un ida y vuelta a Somosierra, así que me puse a ello. Ganar altura y a la derecha..., girar, subir, salir de atrás, y a la derecha y delante...
En la loma que hay antes del Comehombres hice el techo, por encima de 2500 m... ¡a eso de las 19.30! Pensé en tirarme por la cuerda, pero vi a un par de pilotos que se habían lanzado antes literalmente arrastrados, muy bajos, que no iban a poder regresar casi con toda seguridad, y me dio la pereza. Salí hacia delante, volví a ponerme bien alto y decidí tirar por el valle, bien lejos del relieve, hacia la carretera, si trincaba algo seguiría dirección Somosierra, si no funcionaba cuando llegase a Prádena me daría vuelta dirección Arcones y dependiendo de la altura, intentaría llegar de nuevo al despegue o ya daría el vuelo por finalizado... Pues el valle no funcionaba o no supe hacerlo funcionar..., llegué a Prádena sin poder girar nada aunque sin perder tampoco muchísima altura, tal vez hubiese llegado al final del Comehombres como para trincar la térmica de servicio, pero ya era tarde y no creo que pudiese volver desde Somosierra...

Proa a Arcones..., placentero..., aunque nada de nada..., desde el pueblo me tiré a la toma y la cantera viento en cola a ver si encontraba algo, pero ya llegué muy bajo, así que aproximé un poco y a aterrizar. Bien.

Respecto a Jose, solamente lo vi cuando venía hacia la toma, bien alto, unos giros estilo acro... y ¡listo! Insisto en que nos cuente su experiencia...

Casi 2 horas de vuelo, condiciones potentes, picos de vario -4 y +6. Techo a 2500+. Una tarde de esfuerzo recompensado con un gran vuelo. ¡¡Muy contento!! Como siempre, un placer la compañía de Jose Gangutia. ¡Lástima que no le saliese como habíamos planeado!

La Versión de Jose:
Creo que Pedro ha hecho una cronica bastante aproximada de la jornada del pasado viernes en Arcones. Yo os dejo mis impresiones que fueron realmente Buenas.

La pateada hasta el despegue, aunque durilla muy agradable. Como le comenté a Pedro una de las cosas que me ilusionaban cuando empezaba con el parapente, era subir una montaña y bajarla volando.

El viernes se cumplió ese sueño. Debe ser la leche hacerlo con un equipo ligero y un pico mas alpino.
Una vez arriba el descansito nos vino bien. Tanto es asi que yo conseguí no vomitar de los nervios y Pedro despego con la maestría que le caracteriza pero con mas tranquilidad de lo habitual, A la primera, inflado, media vuelta y a volar.

Segun se iba le dije "ahora nos vemos". ¡¡Iluso!!. Como subía con una vela para probar y quería revisarla un poco antes del despegue la extendí por echarle un vistazo y con cada racha fuerte que entraba se me enrollaba la vela sobre si misma y me hizo imposible equiparme. Así que decidí enrollarla como pude y esperar a que bajase el viento. Así estuve casi una hora viendo despegar a gente y con La moral por los suelos.

Al final me decidí a pedir ayuda y con tres almas caritativas sujetando la vela pude equiparme y despegar . Una vez en vuelo genial. Aunque nada que ver con el vuelo de Pedro . Yo no me abrí al valle y estuve haciendo termoladera con algún meneillo y ligeros pelotazos ,haciéndome a los movimientos de la vela que es mas nerviosa y rapida, aunque en ningún momento me hizo ningún extraño. Sobre el aterrizaje enlace varios 360°, wingovers y delfines. Me dejó buenas sensaciones. La seguiré probando algun vuelo mas.
Resumen:

Bonito dia de vuelo. Casi una horita en el aire, volando con los buitres y un águila calzada. Y la buena compañia de Pedro con el que espero coincidir algún dia en vuelo y poder seguirle. Saludos a todos y os recuerdo que me gustaria que nos juntasemos cuando acabemos todos las vacaciones. Ya lo iremos hablando.

sábado, 13 de julio de 2013

Pedro Bernardo ( la Versión extendida y la corta)

Primero la versión extendida a cargo de Pedro:
Con una previsión de vientos flojos de N, y confiando en que se impondría la brisa, decidimos Jose G. y yo acercarnos el miércoles a Pedro Bernardo. Quedamos en Navas del Rey para ir en un solo coche, a las 10 de la mañana para llegar a PB a tiempo para el briefing de la manga del Campeonato de España y ver los despegues de los máquinas y el rollito de la competición. Una breve parada en el pueblo para comprar el avituallamiento y al despegue.
Sobre las 11.30 estábamos arriba, justo a tiempo para la exposición de la meteo prevista que dio Mario Arqué: viento flojo de N en altura, predominio de W o SW en cotas bajas, cúmulos sin sobredesarrollo en la montaña y térmica azul en el llano, condiciones suaves en general con térmica de +3, +4...
A las 13.00 se abrió la ventana y comenzó el desfile, 130 pilotos al aire en 1 hora mientras nos tomábamos unos bocatas y decidíamos qué hacer. En vista de la previsión, las condiciones del despegue, que los que estaban en el aire subían relativamente bien sin excesivos meneos..., nos animamos a despegar enseguida, también previendo que se metería caña en el despegue.
Allí nos quedamos 2 pilotos de ala delta, Jose y yo... ¡y Miguelo! (Agradable sorpresa porque era de mis pocos colegas de antes, había perdido el contacto y hacía años que no lo veía. Muchos de vosotros lo conoceréis) Otro análisis de la situación y nos preparamos.
Yo fui el primero en despegar, a las 14.15 (hacía aaaaños que no volaba a esas horas). Suave brisa... ¡al aire! Siguiendo los consejos de Miguelo (ahora piloto local en PB) me tiro a la izquierda un poco separado del relieve y... p'abajo, p'abajo, p'abajo... mientras veía a Jose p'arriba p'arriba sobre el pueblo. En el extremo de la cresta del despegue, al sur, y con unos 300 m perdidos encontré una buena térmica que me obligó a trabajar bastante al principio, pero en cuanto me puse a la altura del despegue, y ya con Miguelo que se había unido, me remontó a unos 2300 m. en la vertical entre la cresta y la carretera, evitando meterme a la montaña por las nubes que ya crecían lo suyo... A todo esto Jose estaba aterrizado en un prado antes de la carretera..., pero eso creo que debe contarlo él.
Con esa altura veo que Miguelo y una de las alas se abren al valle dirección Buenaventura, y decido irme con ellos. En la zona del río me meto en un -4 y peor que se me come toda la altura y llego a unas campas a la entrada del pueblo con no mas de 75 m sobre el suelo, ya había elegido el sitio para tomar, sin ganado, y ya había sacado los pies del carenado (literal) cuando encontré la térmica salvadora. Otra vez a trabajar con sumo cuidado de no perderla y al lorito porque estaba bastante guarreada... Allí nos unimos los tres otra vez y de nuevo altos... dirección Navamorcuende. Desde allí ellos se tiraron hacia el este, dirección Almendral - La Iglesuela, que tenía unos cúmulos grandecitos, y yo me quedé en un cumulín cercano hacia el sur, con lo que ya les perdí de vista. En esa nube hice techo prácticamente en las barbas, algo mas de 3000 m.
Con esa altura y en solitario, me planteé el vuelo: dirección NE siguiendo a los otros hacia las nubes, dirección S a Talavera o donde llegase, o intentar volver a PB. No me apetecían nubes, lo del sur podría estar bien pero la recogida iba a ser larga, y siempre me han gustado las idas y vueltas... Además estaba un poco mareado y a esa altura tenía frío (no llevaba ropa de abrigo)... volvemos a casa. La vuelta fue mas fácil de lo que pensaba, solo tuve que girar un poco en Buenaventura y llegué, justo eso si, al aterrizaje oficial.
2 horas de vuelo, picos de vario de +6 y -4, térmica media de +2, +3. En general tranquilo salvo cuando me quedé bajo y en un par de ocasiones que crucé una capa bastante turbulenta que obligaba a pilotar y que creo que era una leve cizalladura o capa de transición entre el W y el N en altura. Un amago de plegada asimétrica y poco más. Los otros dos pilotos se metieron un vuelaco hasta La Iglesuela, Piedralaves y vuelta a PB. Yo no me arrepiento de mi decisión.
Jose volvió a subir y despegó de nuevo. Esperamos su crónica. No hay documento gráfico. Adjunto un pantallazo de Google Earth con el vuelo aproximado. No es un track de gps. Abrazos.

Y ahora la versión corta a cargo de Jose:
La verdad es que creo que fué un buen dia de vuelo . Además de ver la competición con el briefing y el despegue de 130 velas en una hora sin apenas un fallo, toda esa peña girando en la misma térmica. Pedro y yo despegamos a las dos y media en Pedro Bernardo,cosa que no habría hecho nunca si hubiera ido solo, pero por las explicaciones de la meteo en el briefing nos parecio que podia ser un buen dia . Despego Pedro y se pegó a la izda siguiendo la ladera y seguidamente yo con la misma idea . Pero le vi bajando muy rápido y yo siguiendo de frente hacia el pueblo me mantenía.
Sobre el pueblo estuve girando y no conseguía coger altura, imagino que si habia algo no supe centrarlo y la vela se movia mas de lo que me tiene acostumbrado a pesar de que no m hizo nada especialmente extraño. Mientas tanto Pedro habia llegado a la cara sur y comenzaba a coger altura, con lo que me decidí. A irme con el . De camino allí cogí una descendedencia y comencé a perder altura de una forma salvaje, pero pensando que antes de una ascendencia te encuentras una descendedencia seguí, convencido de que la iba a pillar. Cuando me quise dar cuenta estaba buscando un hueco entre los pinos y los cultivos porque llegar al aterrizaje oficial ya era imposible. Encontré uno en el que entré bastante bien y en el que habia otro piloto que ya habia recogido su vela.
Después, una pateada hasta la carretera mas proxima y con la suerte que Habia una competidora que también la Habia cagado y estaba esperando la furgo de la organización en la cual me metí y me dejaron en el pueblo . Allí esperé a Pedro el cual me remontó al despegue para darme un segundo vuelo parecido al primero. Mucho curro para girar algo y sin ningun rendimiento . Seguidamente nos tomamos un par de cervezas en el aterrizaje y de vuelta a Madrid . Para mi gusto un buen dia . Pedro se dio un vuelazo y yo espero ir cogiendo la habilidad y experiencia suficiente para poder seguirle en la próxima .