miércoles, 20 de mayo de 2009

Ossa de Montiel

¿que donde está eso?

Pues un poco al Este de las lagunas de Ruidera (como se puede ver en la foto):


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Pues resulta que me fuí con mi familia y unos amigos a pasar el puente de mayo allí, para ver las lagunas, y pensé que por las mañanas se me hacía muy aburrido hasta que todo el mundo conseguía ponerse en marcha.
Así es que esta vez, además de los sacos de dormir, la comida, las bolsas con la ropa, etc, etc, fué también el paramotor, la vela, la caja de herramientas, el bidón de la Gasolina...... Menos mal que conseguí meterlo todo en la furgo, porque sinó Sara me hubiera hecho dejarlo en tierra.


La zona no es que fuera algo del otro mundo para volar, llanuras salpicadas de pequeñas ondulaciones. Además, está el parque de las lagunas, al que no se puede uno acercar, y tampoco se podía subir más de 300m porque estaba dentro del CTA de Albacete. Pero lo suficiente para que resultara atractivo después de tanto tiempo sin salir al aire.

Sin embargo no tuve mucha suerte. De los tres días que estuve, la primera mañana hacía poco viento, pero en cambio había mucha humedad y nieblas bajas. Y aunque en seguida se fueron levantando, me pareció más prudente no salir en esas condiciones. En cambio estuve buscando un buen sitio para despegar... y lo encontré.

La segunda mañana, para mi decepción entró con viento, no demasiado, entre 10 y 15 Km/h,un poco al límite, así es que decidí esperar a la mañana siguiente.

La tercera mañana se levantó igual, pero pensé que merecía la pena salir un rato a volar aunque no me pudiera alejar mucho. A las siete ya estaba en la calle, preparando el motor, que además de ir totalmente desarmado iba un poco mal carburado porque acababa de limpiarle el carburador y de sacarle 3 Kg de porquería del filtro.

A las 8 en punto estaba en el aire tras un despegue de libro. Hay que ver, que cuando uno está solo suelen salir los despegues a la primera....
Me había llevado la cámara de vídeo y la de fotos, pero el vuelo no dió para poder sacar nada decente de ninguna de ellas, porque por desgracia el viento, como ya me imaginaba, además de estar un pelín fuerte era turbulento. Se vé que se acelera en las estepas cerealeras y que la orografía de la zona no ayuda a que se quede laminar. Para colmo, a eso de las 8 y media subió en intensidad y de paso en turbulencia.

Así pues la cámara de vídeo grabó 35 minutos de sacudidas casi continuas , y con la de fotos pude sacar unas cuantas instantáneas a la ida en los pocos momentos que la cosa se calmaba un pelín.

Y si la ida fué un poco rocambolesca, la vuelta fué apoteósica, y por cierto, bastante corta (30 minutos de ida y 7 de vuelta). Hubo un par de veces que estuve a punto de irme a aterrizar a cualquier sitio.

Daba igual que fueras por arriba que por abajo aquello se zarandeaba como si estuvieras en una coctelera. Menos mal que la vela se portó como una campeona, y aunque se movía como una fiera, en ningún momento amagó ni una plegada.

A las 8:40 acabó la aventura sin más incidentes que un golpe que se llevó la cámara de vídeo en el aterrizaje (por eso me la compré barata) ya que no me dió tiempo a guardarla bien.

El resto del viaje sería tema para otro blog, porque la visita realmente mereció la pena.

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